Tu amiguísima es un astro y te sientes pulga junto a ella.
¡Ánimo, tú también puedes brillar!
Te entendemos perfectamente: tu inseparable amiga arrasa con los galanes en la escuela, en el antro o donde sea; es la que todos los fines tiene plan; la que, obviamente, ha ido a los mejores lugares, la más simpática, a la que todos se dirigen y siempre se ve guapísima. ¡Y claro!, es taaan linda (así es con todo el mundo) que no la puedes cortar, pero tampoco puedes dejar de sentirte mal porque todos los reflectores la siguen, mientras tú, parece que estás pintada. ¿Qué puedes hacer?
Primero ubica la bronk
Hay una pregunta determinante que debes responder con honestidad antes de continuar: esa niña y tú, ¿están en pugna o simplemente ella destaca por méritos naturales? Si es lo primero, entonces esa no es una amistad real (entre amigas no puede haber rivalidad) y lo mejor sería que acabaran con su jueguito.
Ahora bien, si de veras es tu cuatacha y le va tan bien, es porque tal vez se lo merece, en cuyo caso, querida, el problema no está en ella, sino en ti, que no aceptas su éxito.
¿Por qué te sientes chinche?
Dicen los que saben, que al nacer todos somos egoístas y, conforme crecemos y maduramos, vamos dejando de sentirnos el ombligo del mundo: somos más considerados, generosos y alivianados. Pero, si en algún momento de nuestro desarrollo pasan cosas malas, como por ejemplo que nuestros seres cercanos no reconozcan nuestros méritos, nos comparen o critiquen todo el tiempo, entonces nuestra autoestima se daña, ocasionándonos sentimientos de inferioridad frente a los demás, aun cuando el prójimo no haga nada para provocarlos. Y por supuesto, el malestar empeora frente a personas exitosas, como se supone que es tu amiga.
SueeRtee
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